Quizá no sea el lugar más indicado para iniciar este pensamiento. Pero
aquí estoy sentado, con la vista (a través del cristal) puesta en el
corazón de BA; en esas calles que se intuyen entre los muros y ventanas
apagados, esta parte tan europea de Buenos Aires. Me devuelven a la
realidad los vendedores de mates y los artesanos del cuero que exponen
sus cinturones en una manta en plena y vacía peatonal Perú.
Lo del pollo despechado muestra que en este lugar le ponen sentimiento a la comida..
Suena
Mano Negra, ahora Bowie, y yo me uno a la liturgia del café en la
ciudad. ¿Quiebra la ortodoxia que el café lo tome en un burguer king? Me
siento en pecado con este vasito de telgopor y la bandeja negra.
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